Las demandas actuales de las sociedades hacia los profesionales, las condiciones en que se están desarrollando los procesos de formación, el papel de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, las demandas económicas y empresariales, así como las tendencias y los cambios del mundo y sociedad actuales, exigen la formación de personas que sirvan de actores de los diferentes ámbitos de la sociedad, en donde mediante el desarrollo de diferentes competencias (conocimientos, habilidades, actitudes y valores que permiten la realización de determinadas tareas y funciones), las personas tengan la posibilidad de participar en ellos de manera activa y crítica.
De ahí la necesidad de formar individuos desde la educación básica, que deberá buscar entre otras cosas desarrollar las competencias de forma gradual, logrando que éstas se vean reflejadas en desempeños concretos que se realicen con idoneidad pero que al mismo tiempo posibiliten su mejoramiento continúo.
Competencia indica capacidad y en el presente siglo, dentro de un mundo globalizado, nos guste o no, éste será un criterio importante con el que todos seremos medidos. Por ello es muy necesario que estemos preparados para ofrecer a nuestros alumnos los instrumentos que les permitan enfrentar su propio futuro, pero no solo enfocado al mundo laboral, sino que, de una manera en que las nuevas generaciones se encuentren conscientes de la realidad social en la que viven, ya sea para modificarla o abrazarla si así fuera el caso.
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